Desde los albores de la cultura la humanidad se encontró
con el hecho de que lo expresado en verso, es decir con métrica
e incluso con rima, es más impactante, le llega más
al oyente y se memoriza con más facilidad que lo expresado
en la mejor de las prosas.
Como lo afirma Nietzsche al hablar sobre el origen
de la poesía: en un principio "se quisieron gravar
los deseos humanos en el espíritu de los dioses por
medio del ritmo cuando se advirtió que el hombre retiene
mejor en la memoria un verso que una frase en prosa; además,
por medio del tictac rítmico se creía hacerse
oír a grandes distancias; la plegaria rítmica
parecía acercarse más a los oídos de
los dioses. Pero, ante todo, se quería sacar partido
de la subyugación elemental que se apodera del hombre
cuando oye música; el ritmo es una coacción;
engendra un irresistible deseo de ceder, de ponerse al unísono
no solo con los pasos que se dan con los pies sino también
con el alma, la cual sigue lo rítmico, y se creía
que lo mismo les sucedería a los dioses."
*
Históricamente,
como lo afirma Jacob Burckhardt en "Reflexiones sobre
la historia universal", "en la poesía está,
de por sí, la historia más antigua, y los mitos
de los pueblos han llegado a nosotros casi siempre, todos
ellos, en forma poética y como poesía; bajo
su forma de poesía gnómica, didáctica,
es asimismo el vehículo más antiguo de la ética,
y en himnos se glorifica directamente la religión;
finalmente, como lírica expresa directamente lo que
los hombres de los distintos tiempos consideraron grande,
digno, magnífico o espantoso."
En la
cultura occidental el ritmo al hablar, o sea al hablar en
verso, se ha visto materializado desde los albores de la cultura
griega en la Ilíada y la Odisea de Homero. Luego, durante
el esplendor de la cultura griega, sus tragedias fueron escritas
por Esquilo, Sófocles, Eurípides, etc., en verso.
Después los romanos escribieron sus tragedias y comedias
también en verso. Incluso los poemas no teatrales de
Virgilio, Ovidio, etc. En verso están escritas las
obras cimeras de la literatura en la era Cristiana. La Divina
Comedia, del Dante, en italiano; las obras teatrales de Moliere,
Racine, etc., en francés; Os Lusiadas, de Luis de Camoens,
en portugués; el Fausto y algunas otras obras de Goethe
y otras de Schiller, en alemán, etc.; y gran parte
de las obras de Shakespeare, en inglés.
Todas
las anteriores obras están escritas en verso endecasílabo
o, las en griego o latin, en exámetro, casi equivalente
al endecasílabo.
Y es que el verso de once sílabas, el endecasílabo,
llamado con frecuencia el verso heróico, es el tamaño
de verso que una persona puede vocalizar con un esfuerzo normal
entre una inhalación de aire y la siguiente, de modo
que una sucesión más o menos grande de versos
puede declarmarse con esfuerzo que podría llamarse
normal. Los versos más cortos, heptasílabos,
octosílabos, etc., son más indicados para lo
destinado a ser cantado, cuando se requiere un mayor esfuerzo
vocal.
En
español, en cambio, los poemas épicos u obras
teatrales en verso son muy pocas. Casi que se reducen
a la Araucana, de Alonso de Ercilla, y a las obras de teatro
del Siglo de Oro Español. De estas la única
en endecasílabos, y son además rimados, es La
Araucana; las otras son en heptasílabos u octosílabos
rimados. Pero la lectura de estas se ha hecho un poco tedidiosa,
quizás debido al tipo de métrica utillizado,
de modo que su lectura o su representación teatral
ocurre muy esporádicamente. Quizás por eso en
español no se ha desarrollado el gusto por la lectura
de obras extensas en verso.
*
Traducción
del Alemán de Eduardo Ovejero y Maury
|
|